Como la copa del cristal mas frágil golpeó mi alma el suelo. Subconsciente destronado, la vuelta a la realidad pisotea mis entrañas y las destruye: qué cómodo parecía planear, flotando, en la más inmensa locura. Cada peldaño en la salida del abismo rasga en mil pedazos todo lo aprendido. Y cada desaprendizaje desgarra aún más los pedazos hasta hacerlos añicos. ¡Y cuánto dolor! qué destrozo en cada emoción, tanto que arde. Arde el pecho y oprime el estómago: vuelvo a mi ser. Y la transformación se llevará consigo el caos y el peso de la carga en mis pies desaparecerá. Podré danzar y volverá mi sonrisa. Tan solo espero que no se parta el último escalón y vuelva al infierno...
22 julio 2013
Destrózame el alma.
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